El colectivo Ovejas Negras desembarca en MdM Francia para debatir en torno a la salud LGBTI

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Marcha por la Diversidad – Montevideo 2014

Foto de Carolina Poggi

Escribo estas líneas, animada por quienes me invitaron desde el grupo América Latina y Caribe de  Médicos del Mundo Francia. La consigna fue comunicar mis impresiones previas, durante y después de mi visita a la sede, que sucedió la última semana de mayo. Empezaré presentándome; soy Florencia Forrisi, e integro el área de salud del Colectivo Ovejas Negras, una organización LGBTI con sede en Montevideo, Uruguay.

Mis impresiones previas de la organización me llevan a los inicios de mi propio interés en el área de la salud, cuando siendo adolescente sostenía que estudiaría para luego viajar y “ayudar al mundo”. Por ese entonces mi tío sentenció: “mirá que acá también hay gente que la pasa mal”. Si bien en aquellos días ya me reconocía lesbiana, lejos estaba de identificar las dificultades en el acceso a la salud que mi propia comunidad tenía. Por esos años aprendí rápidamente que no estaba bien visto hablar de “ayudar”. Movida por mi intención inicial, pero atenta a las palabras de mi tío, fui voluntaria en el área de juventud de la Cruz Roja Uruguaya y adopté términos como facilitar, promover, potenciar… Sin desmerecer la atención en momentos de crisis y en desastres, aprendí la importancia de la promoción de salud en tiempos de paz aparente.

 

Mesa Redonda de América Latina / Caribe 28 de mayo 2015 :  LGBTI Salud

Fue con los años que me interesé en particular por el activismo LGBTI. Cuando entré a la organización no teníamos las perlas que hoy son las conquistas legales en nuestro país (aborto seguro, ley sobre drogas, mariage pour tous, etc.), y los temas de salud aún estaban lejos de ser prioridad en la agenda. Años tendrían que pasar para que empezáramos a trabajarlos. En 2010 empezamos y cinco años después me vi llegando al 62 de la Rue Marcadet para lo que sería el primer contacto directo del Colectivo con Médicos del Mundo, a 11.000 km de mi casa. Con un poco de vergüenza por no saber hablar francés, me encontré con un edificio austero y funcional, lleno de gente dispuesta a salvar las barreras del lenguaje para orientarme “en tiempo y espacio”.

Por el vínculo con otras organizaciones de Uruguay, llegué con la noción de que además de la atención “de urgencias”, en particular en Uruguay trabajaban aspectos de salud sexual y salud reproductiva. Con los días participando de los diferentes encuentros me enteré que en los territorios donde están trabajan aspectos tan diversos como la reducción de daños y el impacto de las migraciones. También supe que tienen este medio de comunicación llamado la Brújula, para transmitir las vivencias desde el terreno. Me fue grato escuchar más de una vez la importancia que le dan a la salud mental de las poblaciones, que en mi país tantas veces queda reducida a su vínculo con la patología psiquiátrica. Sin mucha sorpresa me enteré que los fondos para el trabajo en Uruguay son enteramente dirigidos desde la organización. Imagino que tendrá que ver con que los “donantes” de los que hablaban no consideran que empoderar a las mujeres en un país como el mío sea una prioridad (podría ser más malvada y pensar que debe haber quienes crean que no es algo digno de apoyar en lo absoluto)… Me alegra que para Médicos del Mundo sí lo sea.

Ahora que ya estoy de vuelta en Montevideo, recuerdo lo que fueron esos días y lo que significó para mí representar el trabajo que hace mi organización desde aquí, en conjunto con otras instituciones del país. Me quedo con la esperanza de que este sea el primero de muchos debates en torno a la salud LGBTI que se realicen a la interna de Médicos del Mundo Francia. Que esas acciones que ya se iniciaron en un país tan inhóspito para nuestra comunidad, como lo es Uganda, y en un lugar tan cercano a la sede en París, pero con la salvedad de estar trabajando con personas trans en muchos casos procedentes de diversos lugares del mundo (y de Francia), puedan continuarse y diversificarse. Que este diálogo que se abrió se amplíe a otros espacios, pues tanto en América Latina como en el resto del mundo nos falta entender que la orientación sexual y la identidad de género son también determinantes sociales de la salud.

Hasta siempre,

Florencia Forrisi, del Colectivo Ovejas Negras, Uruguay

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